Hoy sábado se cumplen tres semanas desde que los deportistas volvimos a sentirnos libres. Ese 2 de mayo, tan señalado en las agendas de muchos, fue el pistoletazo de salida de la desescalada en la que estamos inmersos a todos los niveles en nuestro país. Muy en la Luna ha tenido que estar uno para no haber oído hablar de ese desconfinamiento y de las distintas fases en las que se divide.

Tan interiorizada tenemos esa terminología, que yo ya veo fases en cada tarea de mi día a día... pero esto ya es una tara personal que espero que no compartáis. De verdad, no os miento. Será una obsesión, pero desde ese 2 de mayo en el que volví a correr me he visto atravesando distintas fases según iba adaptándome a la nueva normalidad (spoiler: mi estado de forma da pena):

Fase 0

Empezamos por la primera a la que, siguiendo la lógica enumerativa que rige las últimas semanas, llamaremos Fase 0. El día D abrí los ojos a las 6:57 de la mañana. No había sonado el despertador. Como un niño en el día de Reyes, la emoción hizo que me despertara 3 minutos antes de la hora programada. La emoción o el bebé de 6 meses con el que últimamente comparto colchón, no lo tengo claro. El caso es que me levanté, desayuné algo rápido y me vestí con la ropa que había preparado la noche anterior. La camiseta no tenía ni dorsal ni imperdibles, pero tenía la misma sensación que cuando voy iba a una carrera.

Salí del portal, mi calle tan tranquila como siempre. Primeros rayos de sol. En el ambiente un aire fresco y agradable, lo justo para disfrutar de una mañana de deporte. Giré la esquina y empecé a verlos. Esos seres de mi misma especie, moviéndose cada uno a su ritmo. Algunos como flotando, otros como arrastrándose. Pero todos con la misma sonrisa tontorrona en la cara. Saludos y gestos cómplices cada vez que me cruzaba con algún corredor. Se respiraba buen rollo, libertad. El tiempo, el ambiente, el momento... todo era perfecto. Esta fue la Fase 0, la fase de color de rosa, que duró aproximadamente 25 minutos.

Fase 1

Entonces entré de lleno en la segunda fase (que es la 1). O como también me gusta llamarla: "nos las prometíamos muy felices". A la primera cuesta, piernas cargadas, como rocas. "Vale, hace tiempo que no hago esto, pero ¿el muro no era a partir del kilómetro 30? ¿Con el estado de alarma lo han movido al 2 y medio?". Finiquitada mi primera y trágica sesión de deporte en casi dos meses creía, ingenuo de mí, que esto era cosa de la nueva primera vez. Que con estiramientos y con descanso todo volvería a la normalidad. Pero eso sería una vieja normalidad, algo pasado de moda. Mi nueva normalidad resultó venir acompañada de agujetas después de cada entrenamiento. Qué frustrante... hacía años que no me sentía tan fuera de forma. Y rabia, porque no he estado precisamente parado estas semanas. No quiero ni pensar cómo lo ha pasado entonces la gente que no se ha puesto unas zapatillas de deporte en décadas y salió el día 2 a batir records del mundo. Pero eso es otro tema que daría muchas líneas... ¡y aún no os he hablado de mi Fase 2 (que es la tercera)!

FASE 2

Por suerte o por desgracia, según como veas de lleno el vaso, la Fase 1 duró dos semanas. Llevo una semana en mi Fase 2 personal. Ya no hay agujetas, las piernas se portan como deben y voy cogiendo poco a poco el ritmo. Con mis altibajos, por supuesto: quien me viera ayer a las 7 de la mañana entrenar moverme pensaría que me había escapado de un episodio de The Walking Dead. Pero me quedo con el mensaje optimista: lo que tiene este deporte es que sabes que, tarde o temprano, con más o menos esfuerzo, a base de constancia y perseverancia se mejora, se avanza. Haré de esta idea la bandera de mi nueva normalidad. Y cruzaré los dedos para no tener rebrotes que me puedan hacer bajar de fase.

Y vosotros, ¿en qué fase estáis?

escrito por
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Juan Martín

Ingeniero de Telecomunicaciones de Madrid

Grupo de edad: +35
Club: Coentrena
Entrenador: Oscar de las Mozas

Mis disciplinas
Maratón 10 km Media maratón

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