Ahora que estoy enfilando mi última semana de trabajo y se acerca todo un mes de vacaciones (no me odieis por ello) me planteo si alguien en una situación parecida a la mía se puede hacer esa pregunta: ¿cerramos el chiringuito de deporte por vacaciones?

Personalmente me encanta hacer deporte durante el verano por muchas y buenas razones. En primer lugar, el clima cálido y soleado crea el ambiente perfecto para actividades al aire libre. Además, durante el verano, los días son más largos, lo cual nos brinda la oportunidad de aprovechar al máximo cada jornada. Es posible practicar deporte por la mañana temprano o al atardecer, sin sacrificar otros planes y evitando las horas de más calor.

El verano también fomenta una mayor variedad de deportes y actividades recreativas. Desde nadar en el mar hasta jugar al voleibol en la playa, las opciones son infinitas. Estas actividades no solo son divertidas sino que también me permiten compartir momentos con amigos y familia.

Además de la diversión y la socialización, continuar haciendo deporte en verano trae beneficios para la salud física y mental. Me ayuda a conservar la forma, prepararme para la nueva temporada y, además, es una excelente manera de liberar el estrés acumulado y desconectar de la rutina diaria del curso.

En resumen, tener la posibilidad de hacer deporte en verano es todo un privilegio. ¿Por qué iba a cerrar la persiana a una experiencia que disfruto y que me ofrece tantos beneficios?

escrito por
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Juan Martín

Ingeniero de Telecomunicaciones de Madrid

Grupo de edad: +35
Club: Coentrena
Entrenador: Oscar de las Mozas

Mis disciplinas
Maratón 10 km Media maratón

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