Por muy pequeños que sean los pasos, si jamás te detienes, al final llegarás a tu meta.

Kaizen. Es posible que conozcas esta palabra japonesa tan de moda y vinculada a la productividad personal o profesional. O quizás no la hayas escuchado nunca. Así que vamos a empezar por el principio.

El término kaizen está formado por los dos caracteres japoneses 改善 cuyo significado se puede descomponer en 改 (kai, cambio) y 善 (zen, bueno o benificioso). Algo así como cambio a mejor. Esta palabra da nombre a un método cuya filosofía apuesta por el cambio continuo. Pequeños cambios que, realizados de manera continuada, nos dan como fruto un gran cambio.

Parece sensato aplicarlo en nuestro día a día, ¿no? Lamentablemente, a veces tenemos distractores que nos ofrecen atajos tentadores para llegar a nuestras metas. Todos hemos visto esas dietas milagro para adelgazar 15 kilos en un mes. O esos anuncios de métodos para aprender a hablar un idioma en 20 días. Por no hablar de los "planes de entrenamiento" de 4 semanas para lanzarte a correr tu primera maratón en la quinta. Fórmulas mágicas rellenas de humo.

Son nuestras ganas de éxito, de inmediatez y de evitar el esfuerzo las que nos traicionan y, lo peor, es que esto puede ser contraproducente. Ver que esos resultados no llegan, o que tan fácil llegan tan fácil se van, pueden causarnos frustración, rechazo y que tiremos la toalla. La alternativa que propone el método Kaizen se basa en dar pequeños pasos cada día, de manera constante. Podemos lograr grandes mejoras en los resultados finales, pues cada uno de estos pequeños cambios multiplica el efecto final. Es menos seductor, lo reconozco. Pero merece la pena intentarlo, ¿no?

"La ventaja de avanzar en pequeños pasos es que hace que el cambio sea progresivo"

Aterrizando esta idea en la temática de este blog podemos aplicar la mejora continua en nuestros entrenamientos. Sea cual sea tu meta (correr una maraton, bajar tu tiempo en 10k...) mi consejo es que no te obsesiones con llegar al objetivo final cuanto antes, de cualquier manera, quemando etapas. Cambia la forma en la que te marcas los objetivos: ponte hitos intermedios más asequibles que vayan midiendo tu éxito. La ventaja de avanzar en pequeños pasos es que hace que el cambio sea progresivo. Cada hito será una inyección de moral y por lo tanto las reticencias también serán menores.

En defintiva, esta manera de pensar y actuar nos ayudará a disfrutar más del camino (muy importante, al menos en mi faceta de corredor popular) y a desarrollar valores tan importantes para el día a día como la constancia y la resilencia. Por último, y aún a riesgo de repetirme, recuerda: no existen las fórmulas mágicas.

escrito por
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Juan Martín

Ingeniero de Telecomunicaciones de Madrid

Grupo de edad: +35
Club: Coentrena
Entrenador: Oscar de las Mozas

Mis disciplinas
Maratón 10 km Media maratón

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