Dominar el equilibrio y el control: Guía de ejercicios de propiocepción

19 de septiembre de 2024

La propiocepción es uno de nuestros «sentidos» más notables. También conocida como cinestesia, la propiocepción nos ayuda a «conocer» la posición actual de todas las partes de nuestro cuerpo, cómo se mueven y las fuerzas que actúan sobre ellas.

Es lo que te permite llevarte una botella de agua a la boca sin tener que pensar hacia dónde mueves la mano. Cuando corres, te permite colocar con seguridad un pie delante del otro sin tener que mirar constantemente a tus pies. Cuando practicas un deporte como el tenis, te permite mover la raqueta hasta el lugar adecuado para golpear la pelota sin tener que estar siempre mirando la raqueta. 

Y tú también puedes mejorar este «sexto sentido». Los ejercicios de propiocepción pueden ayudar a cualquier persona a mejorar su equilibrio y coordinación, y pueden reportar enormes beneficios, tanto si eres un deportista profesional como si acabas de empezar a practicar un nuevo deporte o te estás recuperando de una lesión. 

En esta guía, definiremos la propiocepción y explicaremos cómo se utiliza al practicar deporte. También encontrarás una serie de ejercicios de propiocepción que puedes incorporar a tu rutina de entrenamiento. 

¿Qué es la propiocepción?

Según la Enciclopedia de Neurociencia, la propiocepción puede definirse como: «el sentido que nos permite percibir la ubicación, el movimiento y la acción de las partes del cuerpo».

En los músculos, tendones, articulaciones, piel y oído interno hay una enorme red de propioceptores. Son neuronas (células nerviosas) capaces de percibir el movimiento, la posición y la fuerza. Envían continuamente información del resto del cuerpo al cerebro, donde se combina con la información de otros sentidos (como la vista, el oído o el sentido del equilibrio). Esto ayuda al cerebro a «calcular» cómo moverse en el espacio. 

Para entender la importancia de la propiocepción, imagina que estás corriendo por un sendero. En un momento dado, tu pie entra en contacto con el barro y empieza a resbalar, con el consiguiente riesgo de caída. 

Ahora bien, si no tuvieras propioceptores, la única forma de saber que estás empezando a resbalar sería mirando dónde están tus pies. Afortunadamente, los propioceptores de los pies detectan el movimiento de deslizamiento y envían esta información al cerebro a la velocidad del rayo. A su vez, el cerebro envía una señal al cuerpo para compensar el deslizamiento, de modo que se mantiene el equilibrio y se puede seguir corriendo. 

Hay innumerables ejemplos de propiocepción que demuestran la importancia de este sentido en el deporte:

  • Cuando sacas en tenis o squash, tu ojo debe estar en la pelota mientras la lanzas al aire. La propiocepción significa que puedes mover la raqueta por detrás de ti y saber dónde está tu brazo. Esto te permite conectar la raqueta con la pelota sin tener que mirar dónde está tu mano. 

  • Cuando juegas al voleibol, al netball o al balonmano, la propiocepción te permite seguir corriendo mientras mantienes la vista en el balón. 

  • Si estás preparando un penalti en hockey, la propiocepción te permite adelantar el pie delantero y golpear la pelota sin necesidad de mirar hacia dónde se mueven tus pies. 

Es posible mejorar la propiocepción con ejercicios de propiocepción

Al igual que ocurre con otros sentidos, es posible mejorar la propiocepción mediante el entrenamiento de propiocepción. Todos los seres humanos (y, de hecho, todas las demás criaturas) nacen con propiocepción, pero mediante el aprendizaje y la práctica, ésta puede mejorar. Si alguna vez has aprendido a tocar un instrumento, escribir en un teclado o montar en bicicleta, ya habrás «entrenado» este sentido. 

El entrenamiento de propiocepción es increíblemente valioso si practicas casi cualquier deporte, y tiene tantos beneficios como otras actividades de mejora como los estiramientos, el entrenamiento de fuerza o el calentamiento. Entre los beneficios del entrenamiento de propiocepción en el deporte se incluyen:

  • Reduce el riesgo de lesiones: Múltiplesestudiosdiferentes han analizado los efectos de un programa de entrenamiento de propiocepción sobre el riesgo de lesiones deportivas. Los resultados de numerosos estudios en diferentes deportes muestran que las personas que realizan ejercicios de propiocepción tienen menos probabilidades de sufrir torceduras de tobillo, esguinces y otras lesiones. 

Al entrenar este sentido, el cuerpo percibe mejor los pequeños cambios de posición y puede corregirlos. Esto significa que es menos probable que pierdas el equilibrio y te lesiones.

  • Ayuda en la recuperación de lesiones: Una lesión, como una torcedura de tobillo, puede dañar los propioceptores de esa zona y hacerlos menos eficaces. Esto, a su vez, aumenta el riesgo de que se repita la lesión. Pero la buena noticia es que hacer ejercicios de propiocepción puede ayudar a «reentrenar» esas células nerviosas dañadas. Un estudio demostró que las personas que habían sufrido una lesión y realizaban ejercicios de propiocepción podían reducir los problemas crónicos de inestabilidad del tobillo. 

  • Mejora del rendimiento: Los ejercicios de propiocepción también pueden mejorar la capacidad general y el rendimiento al correr o practicar otros deportes. Por ejemplo, un estudio realizado con futbolistas adolescentes reveló que los que practicaban ejercicios de propiocepción obtenían puntuaciones significativamente mejores en las pruebas de equilibrio, agilidad y otros factores relacionados con la forma física. 

9 Ejercicios de propiocepción para el deporte

Existen muchos tipos diferentes de ejercicios de propiocepción que puedes utilizar como parte de tu rutina de entrenamiento habitual. Hemos clasificado estos ejercicios en «principiantes», «intermedios» y «avanzados»: puedes empezar a hacer movimientos más complejos gradualmente a medida que vayas cogiendo confianza. 

Una de las ventajas de estos ejercicios es que son fáciles de hacer y no requieren mucho tiempo. Dedicar sólo unos minutos a realizar los siguientes ejercicios cada dos días supondrá una mejora real del equilibrio. Incluso puedes incluir ejercicios de propiocepción en tu calentamiento antes de correr, jugar o entrenar. 

Ejercicios de propiocepción para principiantes 

Si te estás recuperando de una lesión, te sientes inestable o no tienes mucha confianza en tu sentido del equilibrio, los siguientes ejercicios sencillos de propiocepción son un buen punto de partida. 

1. Equilibrio a una pierna con los ojos cerrados

Esta es la forma más «básica» de entrenamiento de propiocepción. Al cerrar los ojos, el cerebro tiene menos información sobre lo que ocurre en el mundo que te rodea, por lo que los propioceptores tienen que «trabajar» más. A continuación, te explicamos cómo hacerlo:

  • De pie sobre una superficie plana y estable, levanta una pierna del suelo, encuentra el equilibrio y cierra los ojos. 

  • Intenta mantener el equilibrio durante 10 segundos al principio. 

  • Cambia a la otra pierna y repite. Puede que notes que eres más estable con una pierna o con la otra. 

  • Con el tiempo, aumenta gradualmente la cantidad de tiempo que mantienes el equilibrio. 

2. Levantamiento de una pierna

Al desplazar el peso mientras se mantiene el equilibrio, este ejercicio hace que los propioceptores estén más atentos a los cambios en la distribución del peso en el cuerpo. A continuación, te explicamos cómo hacerlo:

  • Coloca un objeto ligero como un cono, la pesa rusa más ligera o incluso un libro vertical en el suelo delante de ti. 

  • Empieza de pie sobre los dos pies y luego gira las caderas, de modo que la pierna derecha se extienda hacia atrás y la izquierda permanezca en el suelo, con una ligera flexión en la rodilla. 

  • El objetivo es conseguir una forma de «T», con una línea recta horizontal a lo largo de la espalda hasta el talón derecho. 

  • Agáchate y coge el objeto. 

  • Vuelve a girar para ponerte de pie y, a continuación, vuelve a girar para dejar el objeto en el suelo. 

  • Alterna las piernas. 

3. Saltos a una pierna

Este es un ejercicio de propiocepción especialmente bueno para correr porque imita el equilibrio y la posición necesarios para correr, pero se centra en un pie cada vez. A continuación, te explicamos cómo hacerlo:

  • Colócate en posición levantando la pierna izquierda hacia atrás y encontrando el equilibrio en la pierna derecha.

  • Simplemente salta hacia arriba y hacia abajo con el pie derecho, aterrizando sobre la planta del pie y volviendo a saltar hacia arriba. 

  • Comienza con tan sólo 10 saltos por pie y alterna entre las piernas a medida que adquieras más confianza. 

Ejercicios de propiocepción intermedios 

A medida que mejore tu propiocepción, puedes empezar a incorporar a tu rutina algunos de estos ejercicios de propiocepción más avanzados. Algunos de ellos requieren equipo o un compañero. 

4. Sentadilla a una pierna

Este ejercicio activa los propioceptores de las rodillas y los tobillos, lo que ayuda a afinarlos para las necesidades de muchos deportes diferentes. 

  • Ponte de pie sobre una superficie plana y estable. 

  • Extiende los brazos horizontalmente delante de ti. 

  • Mientras te mantienes en equilibrio sobre la pierna derecha, levanta la pierna izquierda hacia delante, de modo que quede lo más horizontal posible. 

  • Dobla la pierna derecha y agáchate hasta el suelo, asegurándote de que la pierna izquierda no toca el suelo. 

  • Empuja hacia arriba con la pierna derecha hasta ponerte de pie y repite la sentadilla tres veces a cada lado. 

Este ejercicio de propiocepción puede ser complicado. Puede resultarte útil hacer sentadillas con una sola pierna cerca de una pared, de modo que puedas estirarte para mantener el equilibrio si es necesario. 

5. Equilibrio con una sola pierna mientras se atrapa una pelota

Este ejercicio entrena tu propiocepción haciendo que te equilibres mientras centras tu atención en atrapar una pelota. 

  • Busca un compañero y elige una pelota ligera. 

  • Colócate sobre una pierna y pide a tu compañero que te lance suavemente la pelota y cógela mientras permaneces de pie sobre una pierna. 

  • Devuelve la pelota a tu compañero. 

  • Cambia a la otra pierna después de cinco recepciones y lanzamientos. 

6. Equilibrio con una sola pierna sobre una superficie inestable

Se trata de un fantástico ejercicio de propiocepción para controlar las rodillas y los tobillos. Requiere un equipo como una pelota de equilibrio o un balón Bosu, que debería estar disponible en la mayoría de los gimnasios y centros de ocio. 

  • Busca un balón Bosu, una burbuja de equilibrio, un colchón de aire o una plataforma similar. 

  • Mantén el equilibrio sobre el balón con una pierna, ajustando continuamente el peso y la posición. 

  • Intenta mantener el equilibrio durante 15 segundos y luego cambia a la otra pierna. 

Ejercicios avanzados de propiocepción

Los siguientes tipos de entrenamiento de propiocepción son un poco más exigentes. Empieza «despacio» con estos ejercicios. Pronto podrás hacerlos con confianza. 

7. Carreras de agilidad en escalera

Las carreras de agilidad en escalera son una excelente forma de entrenamiento de propiocepción y requieren mucho equilibrio, estabilidad y agilidad. A continuación, te explicamos cómo hacerlas:

  • Coloca una escalera de agilidad en el suelo. 

  • Empezando con el pie derecho, pisa la primera caja, luego mete el pie izquierdo en la primera caja, antes de pisar la segunda caja con el pie derecho. 

  • Baja por la escalera y luego alterna, de modo que tu pie izquierdo vaya primero. 

Hay muchas variaciones diferentes de carreras de agilidad en escalera. Puedes correr de lado a lado. También puedes probar con un shuffle dentro-fuera, en el que subes por la escalera entrando en una caja desde el lado derecho, saliendo hacia la izquierda y subiendo por la escalera. 

8. Salto en caja con una sola pierna

Este es un gran ejemplo de un ejercicio que realmente entrenará los propioceptores de los pies, tobillos, piernas y rodillas. A continuación, te explicamos cómo hacerlas:

  • Necesitarás una caja de gimnasio estable o un escalón si realizas este ejercicio al aire libre. 

  • Colócate sobre los dos pies frente a la caja, levanta los brazos y salta hacia delante. 

  • Aterriza solo con el pie derecho y vuelve a bajar. 

  • Repite cinco veces con cada pierna. 

9. Sentadilla con balón Bosu

Este es sin duda uno de los ejercicios de propiocepción más difíciles. Requiere mucho equilibrio y entrena los propioceptores del tobillo y la rodilla para que se adapten continuamente a una superficie inestable. 

  • Coloca un balón Bosu en el suelo con el lado del balón hacia el suelo y la plataforma plana de plástico hacia arriba. 

  • Coloca un pie a cada lado de la plataforma y desplaza tu peso para mantener el equilibrio sobre el balón. 

  • Ahora, realiza una sentadilla mientras mantienes el equilibrio, luego vuelve a ponerte de pie y repite 10 veces. 

Más ejercicios: Entrenamiento con pesas para mejorar la velocidad de carrera

Propiocepción para la rehabilitación de lesiones

El entrenamiento de propiocepción se utiliza a menudo en la rehabilitación de lesiones, después de una intervención quirúrgica (por ejemplo, prótesis de cadera y rodilla) o en el tratamiento de determinadas enfermedades. Trabajarás con un fisioterapeuta que te guiará a través de una serie de técnicas, como:

  • Ejercicios de equilibrio

  • Yoga o Tai Chi

  • Terapia vibratoria

  • Movilización articular y masaje

  • Uso de plantillas texturizadas en el calzado

  • Caminar descalzo sobre una superficie con textura

Todo el mundo puede beneficiarse de los ejercicios de propiocepción

Sea cual sea tu nivel de experiencia y el deporte que practiques, cuando juegas o corres, tu sistema de propiocepción está continuamente en funcionamiento. Por eso es tan importante incluir ejercicios de propiocepción en tu rutina de entrenamiento. A medida que mejore tu propiocepción, mejorarán tu equilibrio y estabilidad, disminuirá el riesgo de lesiones y podrás correr, saltar, golpear o balancearte con más confianza. 

Preguntas frecuentes sobre los ejercicios de propiocepción

Hemos respondido a las preguntas más frecuentes sobre el entrenamiento de propiocepción:

¿Qué es la propiocepción y por qué es importante?

La propiocepción es el sentido del movimiento, la posición del cuerpo y la fuerza. El sistema de propiocepción «indica» al cerebro dónde se encuentran las partes del cuerpo en el espacio y cómo se mueven sin necesidad de mirarlas. Es un sentido increíblemente importante porque te ayuda a moverte por el mundo con facilidad y confianza. 

¿Quién puede beneficiarse de los ejercicios de propiocepción?

Todo el mundo puede beneficiarse de los ejercicios de propiocepción, desde los deportistas de élite hasta las personas que se recuperan de una lesión o intervención quirúrgica, o las que padecen dolor crónico. Los ejercicios «entrenan» el sistema propioceptivo para que transmita la información sobre la posición del cuerpo al cerebro de forma más eficaz, lo que significa que mejora con el tiempo. 

¿Con qué frecuencia debo hacer ejercicios de propiocepción?

Si quieres mejorar tu estabilidad en un deporte como el atletismo, el fútbol, el hockey, el tenis o el bádminton, haz dos o tres sesiones de entrenamiento de la propiocepción a la semana. No requieren mucho tiempo. Para empezar, basta con 30 segundos por ejercicio. En cambio, si haces ejercicios de propiocepción para recuperarte de una intervención quirúrgica o una lesión, necesitarás hacer más; habla con un fisioterapeuta para que te oriente. 

¿Pueden los ejercicios de propiocepción prevenir las lesiones deportivas?

Sí, varios estudios han encontrado pruebas sólidas de que el entrenamiento de la propiocepción puede reducir la incidencia de lesiones entre las personas que practican muchos tipos diferentes de deporte. 

¿Necesito un equipo especial para los ejercicios de propiocepción?

No necesariamente. Muchos ejercicios de propiocepción sólo requieren el cuerpo y una superficie plana. Dicho esto, algunos de los tipos más avanzados de entrenamiento propioceptivo utilizan equipos como burbujas de equilibrio, pelotas Bosu, cajas o escaleras de agilidad.